sábado, 8 de enero de 2011
Olivier Debroise (1952-2008)
México.- Olivier Debroise (1952-2008) era un investigador del arte mexicano, de primera. Con él descubrimos los pasos de Diego Rivera por París en Diego de Montparnasse (1979). Por Figuras en el trópico (1983) dimos valor histórico a las escuelas de arte de Best Maugard con su “método de dibujo” y redescubrimos al pintor naïf Abraham Ángel. Finalmente, con Fuga mexicana recorrimos la historia de la fotografía en México. Libros fundamentales para conocer el quehacer del arte y los artistas.
Nunca me he explicado por qué Debroise “abandonó” su amor a la pintura y se abocó, de 2004 hasta su muerte —el 6 de mayo de 2008—, a crear la colección que alberga el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), de dudosa calidad, de lo que ya han escrito muchos especialistas en el tema. Su muerte le impidió percatarse del rápido deterioro en que hoy se encuentra el recinto.
Fui amigo de Olivier Debroise. Con él al frente fundamos Curare, Espacio Crítico para las Artes. Nunca lo consideré un buen novelista, y lo hablamos mucho. Nuestro distanciamiento vino cuando le hice ver los defectos de una obra inédita que quería publicar. “Olivier —le dije—, al menos necesitarías talachear más”. Jamás me volvió a buscar pero siempre que nos encontrábamos el afecto era palpable.
Le debo mucho. Sin él no comprendería parte del arte mexicano. (Aunque su libro sobre Alfonso Michel me parece que avizora el alejamiento de Debroise del arte pictórico por la búsqueda de coleccionistas a los que les urge “reconocer” a artistas de menor valor para reinstalarlos en el mercado, sin más.)
La mujer de Siqueiros
Viene el recuerdo sobre Olivier porque llegó a mis manos un libro extraordinario en su investigación: Amor, me hiciste amarga, de Blanca Luz Brum, con prólogo, selección y notas de Debroise. El nombre de la autora no dice nada porque el tiempo es otro en la historia del arte: se trata de la mujer de David Alfaro Siqueiros en los peores años del muralista, cuando el comunismo en México era la peste misma a la que había que extinguir. Ella, uruguaya y peruana, padeció la xenofobia más atroz de la que somos capaces los mexicanos: el odio irracional.
Aun sin Siqueiros, Blanca Luz Brum es digna de ser conocida por la cultura latinoamericana con mayor amplitud. Escribe Olivier Debroise:
“Militante católica, anarco-sindicalista, simpatizante comunista, aprista, peronista, pinochetista, Blanca Luz Brum enlaza las escenas nacionales de Uruguay, México, Chile, Perú y Argentina…”
Huían amándose.
La selección de Olivier de los poemas, cartas y testimonio de Luz Brum concentra el libro en la relación con Siqueiros; se conocieron en 1929 y la pasión duró hasta 1933. De la libertad de pensar la cárcel como castigo, su amasiato los llevaría de Buenos Aires a Nueva York, México, Los Ángeles y Montevideo. Para saber la clase de hombre y artista que era Siqueiros habría que leer este libro cargado de ideología. Mejor hacerlo antes de conocer la película que preparan en Argentina sobre la historia de ese romance.
Excelente volumen de la extinta Breve Fondo Editorial.
Coda
Cai Guo-Qiang en el MUAC: un montaje teatral, un escenario posible de nuestro DF en una laguna; arte a base de pólvora, rocas volcánicas, papel y mezcal, como el que le fascinaba degustar a Olivier Debroise. El gran artista chino nos devuelve el rostro del pasado fundacional de México y convoca a colocarnos en el laberinto de la soledad acompañada para, acaso, redescubrir algo de nosotros mismos.
Ojalá estuviera aquí Olivier, nacido en Jerusalén y muerto en la Ciudad de México. Notaría que apenas una sala del MUAC borra al resto de lo exhibido.
El legado Olivier Debroise en el arte mexicano | Milenio.com
www.milenio.com
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